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Madres de La Candelaria: 20 años de lágrimas


Por Carlos E. López Castro


Mayo, mes de las madres, no siempre es motivo de celebración. “Caminos de Esperanza, Madres de La Candelaria” es una organización social donde muchas víctimas del conflicto armado buscan a sus hijos desaparecidos. El Registro Único de Víctimas indica que, de aproximadamente 47 mil víctimas directas de desaparición forzada por el conflicto armado en Colombia, 11.242 están registrados en Antioquia. Historias Contadas dialogó con Teresita Gaviria Urrego, presidenta de esta organización, en abril de 2019, y esto nos contó:

¿Cómo fue ese inicio de ustedes y cómo ha sido esa lucha para ser escuchadas?

Acabamos de cumplir 20 años. El 19 de marzo de 1999 nacieron las Madres de La Candelaria. Ese día nos paramos a las 12 del día, en el atrio de la Iglesia Nuestra Señora de La Candelaria, mostrando las fotografías de nuestros hijos y venían los actores armados a tirarnos agua, junto con los Secretarios de Gobierno Municipal y Departamental de esa época. Nosotras nacimos solitas y solas seguimos porque el dolor es mío, el dolor es de 800 mujeres que están a nuestro alrededor. Es el dolor de nosotras. Yo no puedo llorar por un imaginario. Lloro por lo mío y por los hijos de las mujeres de este movimiento. Nacen las Madres da La Candelaria y se inicia la persecución con una de nuestras mujeres que fue asesinada. Eso no lo sabe el país porque nunca nos dio por contarlo. Teníamos tanto miedo, porque nos cogían a correa. Nos hinchaban los pies los paramilitares o la guerrilla. Íbamos a todas partes del Oriente antioqueño, municipio por municipio, para saber qué nos podían decir de las fosas comunes. Ahí fue creciendo nuestro movimiento, pocos son los logros. Pero logros muy importantes.

Pero antes habíamos estado en la iglesia La Metropolitana, con unos funcionarios de Bienestar Familiar, estuvimos en otras partes. Es el tiempo que no nos da para contar porque fueron tantas las humillaciones. Fue tanta la persecución de todos estos actores armados que a nosotros se nos olvidaba todo, no teníamos una base de datos. Pero el 19 de marzo iniciamos con una base de datos. Ahora tenemos, en estos 20 años, 1.176 personas desaparecidas.

¿Cuál ha sido la peor situación o época de ustedes las víctimas?

El país se ha dado cuenta que la desaparición forzada es el peor delito que pueda existir. Se pasa la violación, se pasa el asesinato de un familiar, por el desplazamiento, pasa uno por muchas victimizaciones y trata uno de salir adelante. Pero díganme qué construyo yo con mis compañeras, cómo podemos elaborar un duelo cuando no tenemos a quién y por qué. Porque sigue desaparecido. Por eso las mujeres hoy, son muy claras en decir que nosotras no tenemos una tumba donde llorar, ni donde ponerle una flor ni una cruz, porque los hijos no sabemos dónde están. Es el ocultamiento de estos cadáveres que nunca vamos a saber porque algunos dicen que fueron arrojados a los ríos de Colombia, otros fueron tirados a los animales feroces como en Puerto Triunfo y Doradal, que dicen que los tiraron a unos cocodrilos, muchachos que al ser reclutados y no querer servirles los tiraron a estos animales a unos pozos grandes. Entonces, no vamos a saber de ellos nunca. En el bajo Cauca, los paramilitares tenían un león grande que no comía sino carne humana. Y estos animales tuvieron que morirse porque se llevaron estos señores extraditados. Mal que les hicieron a las víctimas de este país. Existen muchas cosas que nos tiene preocupadas, pero nosotras seguimos insistiendo.

¿Han tenido algunos logros con la reparación y la verdad?

Hoy en día tenemos que valorar el sistema y estamos muy felices porque donde esté la Comisión de la Verdad, la Comisión de Búsqueda de Personas Desaparecidas, que se hace en los municipios, porque en Medellín no nos quieren tener en cuenta. Solo ayer, 9 de abril, nos tuvieron en cuenta o cuando viene la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP. No nos tienen en cuenta pero nosotras nos trasladamos a otros municipios donde creemos que va a estar la JEP. Donde creemos que va a estar la Comisión de la Verdad para involucrarnos, para prepararnos porque en Medellín somos invisibles. Eso nos tiene sin cuidado porque lo que queremos es buscar la verdad, con nuestras propias uñas, con nuestras propias manos y herramientas, porque viendo a los fiscales de exhumaciones sabemos hasta donde tenemos que llegar las víctimas y hasta donde no debemos ir. Amenazas por todas partes, pero seguimos buscando la verdad. El país sabe que buscamos es la verdad, no necesitamos más. Mis compañeras, 800 personas, queremos la verdad para poder saber dónde están nuestros hijos. Para hacerles exhumación con los señores de Fiscalía, sacar los muchachos y entregárselos a las madres. Eso es lo que estamos buscando.

¿En qué forma perjudica a las víctimas, las objeciones a la Justicia Especial para la Paz, JEP, por parte del presidente Duque?

Eso lo estamos sintiendo demasiado difícil para nosotras. Cualquier cosa nos alegra: cuando la firma de los acuerdos de la paz. Eso nos anima, pero queremos interlocutar o reunirnos con el presidente. Es que él no nació con este dolor que tengo yo y a mi hijo lo lloro cada rato (lágrimas). La gente no sabe cuánto sufrimos en esta organización no sabe cuánto lloramos. Esto no tiene muy mal, tenemos mujeres enfermas. No hay derecho de que empecemos a avanzar un poco y luego retrocedemos. Esto es un revés, pero por encima de todo lo que se venga, estamos rodeando de lleno a la JEP, a la Comisión de la Verdad, y a la Comisión de Búsqueda de Personas Desaparecidas. Damos la vida, así como nuestros hijos dieron la vida en este conflicto armado.

Mayo es el mes de las madres, ¿cómo son estas fechas para ustedes con hijos desaparecidos?

Varias fechas nos duelen enorme. El día de la Madre que nos recuerda cuando nuestros hijos nos llevaban el café a la cama. Nos reunimos varias madres, en la mañana a hacer una vigilia, a orar por las madres que están cayendo en enfermedades terminales, a tomarnos un desayunos. A llorar, a contar anécdotas de los hijos. Es doloroso. La gente que nació en algodón no saben ni siquiera un milímetro del dolor que causa un hijo desaparecido.

Al presidente Duque, ¿Qué le diría?

No somos mujeres para censurar al otro. Pero sí queremos pedirle al señor presidente: denos un regalo el día de la madre. Que ese día esté hablando, tirando para atrás esas objeciones que a él le dio por inventárselas. Porque eso ya estaba escrito. Él tiene que saber que es la única esperanza que tenemos las víctimas. Es el sistema que dice la verdad, que va a buscar a los desaparecidos y el que va a ayudarnos y apoyarnos en toda esta situación que estamos viviendo.

En estos 20 años han tenido algunos reconocimientos simbólicos. Cuentenos cuáles.

Premio Nacional de Paz, que nos dieron; para nuestro movimiento fue muy interesante que con el alcalde de 2007, Sergio Fajardo, me declaró como Ciudadana Ejemplar en Medellín; hemos recibido muchos reconocimientos como fue en derechos humanos, doctora honoris causa a dos compañeras y señores en Bogotá. Varios recibimos ese honoris causa. El Concejo de Medellín también nos ha reconocido. Por lo menos hoy, podemos decir que nos están escuchando.

El pasado 9 de abril, que fue el Día de la Memoria y la Solidaridad con las Víctimas, ¿cómo participaron?

En Derechos Humanos de la Policía Nacional, este 9 de abril, nos hicieron un homenaje a las víctimas del conflicto. Fue una eucaristía donde el sacerdote decía: “Que las Madres de la Candelaria somos unas guerreras defensoras de las víctimas”. Estuvimos desde las 7 de la mañana en diferentes eventos. Estuvimos acompañadas por una sicóloga de la Universidad Uniminuto. En la tarde estuvimos con la Comisión de la Verdad, estuvimos las víctimas reales. Fue un día de mucho trabajo pero satisfactorio.


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