Fuente: Comunicado de Ríos Vivos
Somos un Movimiento social con más de 13 años de existencia, nuestro proceso organizativo comienza en el año 2008, cuando comenzamos a reunirnos y a hacer llamado a las comunidades, advirtiendo la inminente construcción de Hidroituango, un proyecto que ha generado afectaciones de inmensa magnitud al Río Cauca y a las comunidades del Cañón. Hoy en día, nuestro Movimiento está conformado por 16 asociaciones de base conformadas por pescadores, barequeros y barequeras, agricultores, mujeres, campesinos y jóvenes, en el Norte, Occidente y Bajo Cauca de Antioquia, que juntos luchamos por la defensa del territorio, la soberanía, la autodeterminación del pueblo cañonero, y los derechos de las comunidades afectadas por Hidroituango.
Como Movimiento social y ambientalista, desde nuestros inicios hemos exigido al gobierno nacional y a los entes gubernamentales el respeto y la protección de nuestros derechos, reivindicando una justa demanda ambiental y social sustentada en el despojo territorial sistemático, la violencia sociopolítica y el conflicto armado, las desapariciones de nuestros seres queridos, el acaparamiento y represamiento de las aguas de nuestro Patrón Mono el Río Cauca, la pérdida de nuestros medios de subsistencia, el exterminio de la biodiversidad, la pérdida de autonomía alimentaria, la imposición de un modelo de desarrollo que amenaza con desangrar la tierra. Como víctimas, de nuestro testimonio depende el territorio y la vida de muchas personas.
Hoy hacemos un llamado al país, que debe entender que los Movimientos sociales tenemos una voz propia que debe ser escuchada por todos los entes gubernamentales. Nuestras denuncias no sólo buscan consecuencias jurídicas, sino también un efecto en la consciencia política de la ciudadanía; soñamos con un país que por fin escuche a sus organizaciones sociales de base, donde los funcionarios que no lo hagan deban enfrentar los costos políticos de sus acciones u omisiones, para que no sean reelegidos ni aspiren a ningún cargo sin que la ciudadanía en general y el resto de movimientos sociales lo sepan. No podemos tener gobernantes sordos, que miren para otro lado ante la tragedia y la angustia y que actúen a favor de la desprotección de los derechos.
Los Movimientos sociales en Colombia nacemos en un acto de dignidad y de resistencia, nos reunimos al calor del fuego popular y al fragor de nuestras voces unidas en consignas de indignación. Hay quienes le tienen miedo al fuego, para nosotros es una antorcha colectiva, un símbolo de transformación, el fuego nos permite quemar el rastrojo para dar paso a la nueva siembra, quemar es una práctica comunitaria desde los inicios de la humanidad que permite sanar y dar continuidad a la vida.
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