Por Carlos Mejía
Este nombre se le asignó a un caballo criollo nacido y criado en una finca en el corregimiento Santa Elena, Medellín. Este caballo y un vehículo tipo microbús de los denominados anteriormente "arrieritas" estaban en una finca dónde el propietario era un reconocido y famoso pintor cuántico. Por ser el dueño del microbús Volkswagen, le adaptó en su parte interior un pequeño corral para transportar un caballito o potro de pocos meses, que había adquirido con el principal fin de tenerlo como modelo de sus pinturas artísticas.
Inicialmente, el propietario del vehículo transportaba el caballito en su interior y lo llevaba a diferentes lugares, como si fuese su mascota. Se había hecho ya parte de su vida, y como le acondicionó el mencionado corral dentro del vehículo, allí lo movilizaba a diferentes plazas.
El caballito fue creciendo a tal punto que ya no cabía en dicho vehículo, sin embargo, le cogió tanto apego y amor a este carro. Se pasaba días enteros en la finca rondando el vehículo y acercándose a él de tal forma que se le veía acariciarlo pero sin rayarlo, ni hacerle daño el caballo al carro. El propietario, un día quiso vender el vehículo. El caballo, cuando vio que el nuevo conductor se había subido al carro, después que le dio encendido y le estaba dando marcha con intención de llevárselo, el caballo inmediatamente se le interpuso. En forma no agresiva pero si amenazante se paró en sus patas traseras impidiéndole el paso y no lo dejó salir de la finca. Después de varios intentos qué hicieron de alejar el caballo del vehículo no fue posible, pues el caballo en forma desesperada y rebelde escapaba y daba vueltas en forma de serpentinas y en círculos al lado del vehículo, a tal punto que el propietario se vio impedido a realizar el negocio viendo que el caballo podía morir de pena moral con la ausencia de dicho carro.
El propietario, después de haber desistido del negocio de la venta del microbús lo dejó en la finca y optó mejor por adaptarle un remolque o corral de madera. En esta forma, pudo seguir viajando con el caballo a diferentes ferias y plazas donde participaba en eventos equinos porque el caballo además era bailarín. Era un fuera de serie, aunque era criollo, no era de paso fino. Hacía acrobacias y bailaba principalmente la música llamada pasodoble. Cada que escuchaba esa música se ponía a bailar. Por su baile y espectacular figura se hizo muy famoso. También su propietario y gran artista de finas obras en lienzo el gran Maestro Mendoza. Sus obras viajan por todo el mundo. Es un artista Colombiano más reconocido en el exterior que en su propio país.
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