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Fotógrafo Mario Posada Ochoa: sus fotos por las alturas

Actualizado: 17 abr


















Por Carlos E. López Castro


Una tarde de 2008, tuve el privilegio de entrevistar a este personaje tan valioso para la fotografía, la memoria y el patrimonio audiovisual de Medellín, quien murió en 2018. Veamos este texto publicado en la Revista Historias Contadas # 32.


Este creador de las fotos del álbum “Conozca a Colombia” no es mencionado en la historia de la fotografía en Medellín, pero lo que ha hecho por la cultura, la fotografía y la historia del país es tan incalculable como el valioso archivo visual que hoy posee.


INICIOS CON SUS CÁMARAS

Mario Posada lleva tantos años en el arte de la fotografía que hoy tiene sus abundantes cejas despeinadas como la nieve del Nevado del Ruíz, de tanto tomarles fotos a las majestuosas alturas de Colombia. Empezó tomando fotos en su infancia con una cámara de cajón Agfa, alemana, que le regaló su mamá. Cuando salía a paseos les tomaba fotos a sus compañeros de estudio y después se las vendía. Luego, estuvo varios años en el Seminario Conciliar de Medellín y siguió tomando fotos. Pero, el momento en que se le hace el milagro con esta magia de la luz y la sombra como es la fotografía, lo cuenta así: “Un día iba con mi mamá y vi como entraban unas palomas a la Basílica Metropolitana. Me fui por mi cámara, eso fue cuando todavía se utilizaba flash de bombillo. Tomé varias fotos a la Virgen de Fátima con las palomas volando alrededor. Al día siguiente, compré todo el papel fotográfico que había en el Almacén de Duperly, donde un señor Ramírez, y donde las Santamaría que vendían los productos Dupont. Esa cantidad de fotos las vendí todas con una rapidez increíble, fue una locura, me gané 17 mil pesos y desde eso he vivido siempre en función de la fotografía”.











PRIMEROS NEGOCIOS

Ya con el tiempo, Mario Posada siempre fue aficionado a tener lo más novedoso, como la primera grabadora de cinta que llegó a Medellín, primeras cámaras, el primer tocadiscos, los primeros discos larga duración. Y así se inició con un negocio que se llamó Fotoelectro, en la esquina de Junín con Maracaibo, allí vendía artículos fotográficos, cámaras, proyectores, y toda clase de implementos fotográficos: papeles, químicos, además empezó a vender por primera vez discos de larga duración, neveras y artículos Westinghouse. Con el tiempo se pasó a Junín, enseguida del teatro María Victoria, con el mismo negocio Fotoelectro (ver foto abajo), uno de los primeros laboratorios en Medellín de revelado de fotos a color. Después, siguió con “Cine Foto” en Bogotá, negocios en Cali y Cartagena, luego “Movifoto”, e “Industria Fotográfica colombiana”, donde ensambló cámaras, trípodes, todo tipo de artículos fotográficos y reflectores.



Pero él no se quedaba atrás, a medida que la industria fotográfica iba avanzando. Entonces recuerda: “En Alemania, estuve haciendo un curso de revelado a color, para montar el primer negocio de este tipo en Medellín que se llamó revelado Foto Electro. Cuando salió la primera grabadora de cinta, fui el primero en traerla y tuve mucha suerte porque en pocos meses alcancé a vender 108 aparatos y me gané unos dólares".


ÁLBUM CONOZCA A COLOMBIA

"Viajé a Estados Unidos, donde yo también estudié cuatro años, me gradué como Ingeniero Químico. Mis proveedores de artículos fotográficos me apoyaron para montar Fotoelectro. Fuimos los primeros en traer amplificadores de sonido y parlantes. Con Movifoto monté una gran litografía. Después de hacer unos ensayos con los hermanos Antonio y Fabio Echavarría de litográficas Medellín y Litocolor, hicimos la famosa promoción del álbum “Conozca a Colombia”, que no ha habido otro más exitosa en la historia de Colombia. Fue una empresa patrocinada por la Esso de Colombia, El Tiempo y Caracol. Posteriormente, hicimos el famoso álbum Historia Pictórica de Colombia, donde el doctor Joaquín Pérez Villa, un gran historiador del programa famoso de Everfit, en la Voz de Medellín, escribía la historia de Colombia. Eran láminas con los episodios cronológicos de la historia representados con un óleo sobre lienzo original. La idea era hacer un museo histórico donde quedaran todos estos cuadros que hoy conservo”.


Después, nuestro personaje se dedicó a tomar fotos e imprimir tarjetas postales de Medellín. Luego, hizo postales de Perú, Ecuador y Panamá. Luego abrió Movifoto, en San Juan de Puerto Rico, donde tuvo mucho éxito, pero: “lamentablemente, un gerente que reemplazó al doctor Diego de Bedout en el Banco Cafetero, se asustó con el monstruo de negocio que teníamos y nos lo paralizó. Se acabó Movifoto”, comenta con cierta nostalgia y rabia, Mario Posada.


Cuando salió el álbum Conozca a Colombia ya había empezado a producir las postales y la mayoría de fotos fueron tomadas por Mario Posada en una avioneta de su propiedad. En 1965 se fundó Movifoto, y se cerró en 1972. En Medellín, tuvo mucho éxito la venta del álbum Conozca a Colombia, que se lanzó el 7 de agosto de 1966 por petición del mismo presidente Carlos Lleras Restrepo quien se posesionaba ese día y por eso escribió el prólogo.


Esta experiencia la narra así Mario Posada: “fue tanto el éxito en Medellín, que yo vendiendo laminitas (conocidos como caramelos) de ese álbum, en Junín con Maracaibo, me gané con qué comprar la mitad del edificio teatro Junín a doña Blanca Ospina. Se había planeado vender 60 mil álbumes en todo Colombia y se vendieron en la primera semana en Medellín, se reimprimieron luego 120 mil que se vendieron en la siguiente semana aquí mismo".


LA MITAD DEL TEATRO JUNÍN

Mario Posada recuerda que él fue propietario de la mitad del teatro Junín, bello edificio que fue demolido para construir el edificio Coltejer. El otro 50% del teatro Junín era de los hijos de Camilo C. Restrepo. Así expresa el final: "Tuve que vender después a la empresa Coltejer por el fracaso de esa colección del álbum en Bogotá, porque no pude comprar la otra mitad que tenía comprometida en venta. La Esso nos hizo distribuir esa colección en enero siguiente. Se preparó todo, y con tan mala suerte que los colegios no entraron a estudiar para acatar una nueva ley. Entonces la promoción fracasó en Bogotá porque no estaban los estudiantes. En Bogotá para distribución del álbum eran 300 vendedores y 14 camionetas que recorrerían todas las tiendas y colegios de la ciudad”.


SE SALVÓ DE MORIR EN SU AVIONETA

Como vemos, no todo fue luz y colorido en estos negocios de la fotografía, porque también tuvo momentos de muchas sombras en que se escapó de morir. Don Mario se inició tomando fotos en helicópteros alquilados después alquiló avionetas y posteriormente compró una avioneta al doctor Fabio Echeverri. “Esa avioneta se estrelló. Se la presté a Alberto Villegas para que viajara a Cartagena a ver un partido de béisbol con su hijo Gustavo Villegas, actual secretario de Gobierno de la Alcaldía de Medellín. Yo estuve de piloto, pero como el partido era en la noche, ellos se quedaron hasta el otro día. De regreso, se estrellaron en el municipio de Carolina del Príncipe. Yo me escapé porque no viajé con ellos, mi maletín quedó en la avioneta. El seguro me pagó y con eso monté la sede de Movifoto en la Avenida Oriental con La Playa.


VALIOSO ARCHIVO AUDIOVISUAL

A sus 81 años vividos en el centro de Medellín, Mario Posada asegura que trabaja 18 horas diarias. Su archivo tiene una promesa de venta con el Banco de la República, y la biblioteca Luis Ángel Arango, desde hace dos años y medio. No lo ha entregado hasta que no tenga todo el archivo escaneado. Tiene películas grabadas por él desde el año 1945 en blanco y negro, sin sonido, en 16 milímetros y las está pasando a DVD. Tiene 1.200 películas grabadas en Medellín de las cuales ya ha convertido 300.


Y de esas otras imágenes del pasado, no las fotográficas, sino de las reales que quedan fotografiadas en el alma y en la mente, termina recordando sus ancestros. “Mi padre, Juan C. Posada nació en el Poblado, mi mamá en Envigado, familia Ochoa Toro. Mi padre fue dueño de la firma exportadora de café J. Posada y Cía. y tuvo la trilladora el Cid. En la época de la crisis mundial, mi papá tuvo que cumplirle al Banco Comercial Antioqueño entregando 3 propiedades de 40 cuadras, al frente de la casa de Castor Arango, por una deuda de 16 mil pesos. Nos tocó alquilar casa en Bolivia, después en Palacé, en Caracas con El Palo, el edificio Claret, siempre he vivido en el centro”.


Este, es un homenaje en vida a Mario Posada Ochoa, un hombre sensible ante la historia del país, ante la música clásica porque también se dedicó a grabar varios conciertos en el teatro Metropolitano, y ante todo, un enamorado del bello arte de congelar momentos con una cámara a través de la magia entre la luz y la sombra.

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