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La fundación de la Villa de Medellín en el Valle de Aburrá hace 350 años: la confluencia de tres proyectos



Por Luis Javier Caicedo 


En el proceso de fundación de la Villa de Medellín hubo tres proyectos: Uno, el Resguardo

Indígena de San Lorenzo de Aburrá (1616-1685); dos, la Villa de Aná contrapuesta al norte

del valle que seguía perteneciendo a Santafé de Antioquia (1671-1672), y tres, la Villa de

Medellín (1675-1813).



Una vez fundada la ciudad-provincia de Antioquia y teniendo por gobernador a Gaspar de Rodas, los españoles visionaron en el valle de Aburrá su vocación de terreno favorable para

la cría de ganados, al norte y centro de él, y para la producción agrícola en el sur, además

que por su posición estratégica era un punto de intercambio entre los ganados que venían de la provincia de Popayán y las ciudades productoras de oro de Antioquia, Zaragoza, Cáceres y Remedios. Pero la mano de obra escaseaba. La población indígena estaba a punto de desaparecer (de 100.000 indígenas sólo quedaban 6.300 a comienzos del siglo XVII).


En 1616, Francisco Herrera Campuzano, oidor de la Real Audiencia de Santafé de Bogotá,

visitó la provincia de Antioquia y constituyó ocho resguardos indígenas para proteger a los

sobrevivientes, entre ellos el Pueblo de Indios o resguardo de San Lorenzo de Aburrá, con

300 indígenas Peques, Ebéjicos y Noriscos, que se sacaron de sus tierras originarias en

Buriticá y Peque, para unirse con los 200 indígenas que ya vivían en el valle: Aburráes y

Yamesíes. Todos de las encomiendas de Alonso de Rodas, hijo de Gaspar de Rodas y quien

fue apresado por los malos tratos que hacía a los indígenas. El resguardo se extendía del

cerro Nutibara hasta los nacimientos del río Aburrá 1 . El visitador Herrera previó que con la

creación del pueblo de indios podría fomentar aquel destino económico del valle, pero muy

pronto la figura proteccionista de resguardo (con cura, alcalde indígena y corregidor) se

tornó en ineficiente y en un obstáculo para el proyecto y la codicia de los españoles.


Por ser sus tierras resguardo de indígenas y por lo tanto, prácticamente, de imposible

adquisición por parte de las familias españolas que querían asentar aquí sus reales, la Villa

del Poblado de San Lorenzo de Aburrá, que albergaba 300 indígenas y unos cuantos

peninsulares, no sólo fue precaria, sino carente por completo de cualquier posibilidad de

progreso 2 .


Los indígenas Peques y Ebéjicos fueron sacados muy pronto del valle de Aburrá para el

actual municipio de San Jerónimo, en 1618 3. , y los que quedaron fueron sometidos a presión constante por los españoles, hasta casi despoblar el resguardo.


En el centro del valle, a orillas de la quebrada de Aná (quebrada Santa Elena), y por fuera

de las tierras de resguardo, surgió una población que pronto, por 1649, se convirtió en el

Sitio de Aná, que reunía españoles, mestizos, mulatos e indígenas yanaconas. Entretanto, se

halló oro en las montañas de Guarne y Santa Rosa de Osos, lo que atrajo más gente al sitio.

Y se produjo el primer desgaje del resguardo en 1639, a favor de un minero de Remedios,

Fernando de Caicedo, a quien le concedieron un terreno en Itagüí y otro en La Aguacatala,

con lo que se anticipaba que la existencia del resguardo era incompatible con el centro

poblado.


Los dueños de hatos de ganado seguían desarrollando su actividad gobernados desde

Santafé de Antioquia. Desde 1652 comenzó a surgir entre los habitantes del Sitio de Aná el

deseo de separarse de la capital, mediante la constitución de una villa. Aquel deseo se vio

coronado en 1671 con la fundación de la Villa de Nuestra Señora de la Candelaria de Aná,

por el gobernador de Antioquia, Francisco Montoya Salazar.


Pero la nueva villa contó con la oposición de los dueños de hatos del norte del valle, que

quisieron seguir dependiendo de Santafé y no solo impusieron el límite norte a media legua

(2½ km) de la quebrada de Aná, sino que pidieron la anulación de la creación de la villa.

Así, el valle había quedado escindido en dos partes: el norte bajo la jurisdicción de Santafé

de Antioquia y el centro y el sur bajo la de la nueva villa 4 .



La Real Audiencia de Santafé de Bogotá desaprobó la creación de la nueva villa, ordenó

que las cosas volvieran a su estado anterior y remitió el caso a decisión del Consejo de

Indias y de la Corte. El cabildo de la Villa de Aná se disolvió en 1672, al año de comenzar

a operar.


Jaramillo cuenta que recién llegado el gobernador Montoya en octubre de 1669, se enamoró de él Ana de Castrillón, hija de Mateo de Castrillón y viuda de Juan Gómez, ex

gobernadores de Antioquia y dueños de los hatos de San Diego y Hatogrande, en la actual

Girardota, firmes opositores de la fundación de la villa. Por eso Montoya creó la villa de

Aná con tan poca extensión, dejando por fuera los hatos del norte. Un año después de la

cesación del cabildo de Aná, Montoya se casó en Hatogrande con doña Ana, aunque murió

en marzo de 1675, dejándola nuevamente viuda 5 . Ana no quería que Aná fuera villa.


En España, el 22 de noviembre de 1674 la reina Mariana de Austria (viuda de Felipe IV y

regente por menor edad de Carlos II) decretó la licencia para fundar la villa, “atendiendo a

las conveniencias que se seguirán en lo Espiritual y temporal a los habitadores del Valle de

Aburrá, de Fundar la Villa que se propone en el Sitio de Aná”, y el nuevo gobernador,

Miguel de Aguinaga, efectivamente, la volvió a fundar el 2 de noviembre de 1675,

extendiendo su jurisdicción sobre todo el valle de Aburrá. “Términos de la Jurisdicción de

esta Villa: Todo el Valle, y Abra desde los nacimientos de dicho Río hasta donde entra el

de Porce, de una banda y de otra hasta las cumbres” 6 . Y la llamó Villa de Nuestra Señora de la Candelaria de Medellín, por la Medellín de Extremadura (España).


Para fundar la villa y fijar sus términos, Aguinaga mandó formar una matrícula o censo de

población, que según Javier Piedrahita reportó 186 familias de blancos, 32 de mestizos, 28

de mulatos, 32 de indios y 2 de negros: 7


MATRÍCULA DEL 19 DE OCTUBRE DE 1675


Así, la villa, que inicialmente comprendía desde el nacimiento del río Aburrá hasta media

legua al norte de la quebrada de Aná, finalmente integró la población y los hatos ganaderos

del norte del valle, con lo cual el Valle de Aburrá se convirtió desde 1675 en la jurisdicción

de la Villa de la Candelaria de Medellín, y de este modo funcionó el resto de la época

colonial hasta comienzos de la República.


En 1685, diez años después de la fundación de la Villa de Medellín, se suprime el

resguardo de indígenas de San Lorenzo. “Estos fueron nuevamente poblados en 1685 por el

gobernador Francisco Carrillo de Albornoz en La Estrella y las tierras de El Poblado

quedaron entonces a disposición del Cabildo” 8 .


En 2016 Medellín conmemoró los 400 años del Resguardo de Indígenas de San Lorenzo de

Aburrá. Hoy, además de Medellín, los actuales municipios de Barbosa, Girardota,

Copacabana, Bello, Envigado, Sabaneta, Itagüí, La Estrella y Caldas están llamados a

celebrar los 350 años de fundación de la Villa de la Candelaria de Medellín en este 2025.


--

Notas:


1 Juan David Montoya Guzmán y José Manuel González Jaramillo, transcriptores. Visita a la provincia de

Antioquia por Francisco de Herrera Campuzano, 1614-1616. Medellín, U. Nacional de Colombia, 2010

2 Jorge Restrepo Uribe. Medellín, su origen, progreso y desarrollo. Medellín, ed. Serigráficas, 1981, pág. 26.

3 Juan David Montoya Guzmán y César Augusto Lenis Ballesteros. Dos momentos del Valle de Aburrá: entre lo

prehispánico y lo colonial. Alcaldía de Medellín. Medellín, 2017, págs. 29-30.

4 Roberto Luis Jaramillo, “De pueblo de aburráes a Villa de Medellín”, en: Jorge Orlando Melo, editor. Historia de Medellín. Tomo I. Suramericana de Seguros, 1996, págs. 114-119.

5 Jaramillo, op. cit., pág. 114 y 118.

6 José Antonio “El Cojo” Benítez, Carnero de Medellín [1797]. Transcripción de Roberto Luis Jaramillo. Medellín, Ediciones Autores Antioqueños, 1988, págs. 20 y 23.

7 Piedrahita Echeverri, Javier. Documentos y estudios para la historia de Medellín. Medellín, Concejo

Municipal, 1975, págs. 240-247, 255.

8 Javier Piedrahita Echeverri, Del poblado de San Lorenzo a la Parroquia de San José del Poblado, 1876-

1976. Medellín, Secretaría Departamental de Educación y Cultura, 1976, pág. 32.

 
 
 

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