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Sin salvavidas en medio del naufragio

Actualizado: 26 nov 2022


La Revista Historias Contadas (que también fue víctima del mismo engaño de MinTic, del gobierno Duque: ver editorial en la página 3 en: https://es.calameo.com/read/0062593113dc5060659f3) reproduce y publica el siguiente artículo escrito por la Fundación para la Libertad de Prensa, FLIP, en el cual se muestra uno de tantos errores contra la prensa en Colombia durante los cuatro años del presidente saliente. Veamos:
Fuente: FLIP
En el 2021 el MinTIC anunció una convocatoria para apoyar la transformación digital de los medios de comunicación. Aunque más de 350 medios aplicaron, el ministerio no entregó ni un solo apoyo argumentando que ninguna propuesta cumplía con los requisitos. Hablamos sobre este proceso con el director de un medio que se presentó a la convocatoria.
La pandemia agudizó la crisis económica que los medios de comunicación venían arrastrando. Ante esta situación, en marzo del 2021 el MinTIC abrió una convocatoria de 85 mil millones, anunciada con bombos y platillos. En un proceso lleno de tropiezos e irregularidades, cuyo cierre se postergó cuatro veces, 354 medios se presentaron a la convocatoria.
El 6 de septiembre del 2021, el ministerio decidió cancelar la convocatoria que intentaba dar rescate al sector. Medios de comunicación de todo tipo y formato perdieron tiempo y recursos, esperando un apoyo prometido que nunca llegó. Para conocer la perspectiva de los medios sobre este episodio, la FLIP entrevistó a Nicolás Restrepo, director y gerente del diario La Patria de Manizales.
FLIP: ¿Cuáles fueron los retos de sostenibilidad que enfrentó La Patria durante la pandemia?
Nicolás Restrepo (N.R): Las fuentes de ingresos más importantes de los periódicos como el nuestro son la publicidad y la venta de ejemplares. Por todos los confinamientos, la publicidad se detuvo por completo y eso redujo más o menos el 60 o el 70% de los ingresos que sostienen al periódico. La pandemia también hizo que se dificultara la venta de los ejemplares en la calle, pues no había gente circulando. Con esfuerzos muy grandes, solamente pudimos mantener las suscripciones.
Por ejemplo, el Q'hubo, otro periódico que también editamos, vive solamente de la venta en la calle y no tiene suscripciones. Entonces nos tocó la tarea de también intentar ayudar a quienes dependían de la venta de los periódicos en la calle para que subsistieran. Con lo que pusimos nosotros, y lo que algunos lectores caritativos ayudaron, logramos llevarle mercados por algunas semanas a los voceadores. La situación fue muy crítica para ellos.
FLIP: ¿Cómo fue el proceso de aplicación a la convocatoria del MinTIC? ¿Cuánto tiempo y recursos invirtieron?
N.R: Aunque pretendía ser un sistema muy ágil y sencillo, resultó que no era así. Era muy amplio, abarcaba casi todo lo que a uno se le ocurriera, y era muy generoso en recursos, hay que decirlo también, se podía aplicar hasta por 1.500 millones de pesos. La convocatoria no exigía contar qué tipo de contenidos pretendía generar el medio, sino más bien qué inversiones en términos de equipos, software o tecnología se querían mejorar o implementar. Para justificar eso, se debían adjuntar tres cotizaciones de las cosas que se aspiraban adquirir. Para hacer la postulación nosotros particularmente no contratamos a nadie, lo hicimos internamente. Dos personas estuvieron durante casi tres meses consiguiendo todos los soportes y tratando de armar una propuesta que fuera consistente. Nos demoramos mucho porque el problema con el ministerio era que siempre aplazaba los cierres, entonces eso nos ocupó casi un semestre de tiempo y de expectativas sobre lo que podía ser esa convocatoria.
FLIP: ¿Recibieron acompañamiento o buscaron retroalimentación del MinTIC? ¿O fue un proceso en solitario?
N.R: Pues más bien solitario. Había un canal para tramitar las inquietudes que uno tuviera, les escribía y ellos contestaban. Algunas veces lo hacían de manera rápida, otras veces ni siquiera contestaron. Algunas cosas eran muy vagas, eso nunca fue muy claro, la verdad. Hubo medios que sí contrataron personas especialistas en ese tema de convocatorias del gobierno para que les ayudaran y les tocó pagarles, pero nosotros lo hicimos internamente y sin acompañamiento del ministerio.
FLIP: Después de aplicar a la convocatoria, ¿cuál fue la respuesta del ministerio? ¿Cómo fue la reacción del medio?
N.R: La verdad fue muy frustrante y me parece que fue una falta de seriedad gravísima del ministerio en todo el proceso. Lo que estábamos esperando era que la calificaran y que dijeran “usted sí”, “usted no”. Eso nunca lo hicieron. Desgraciadamente, apareció el escándalo de los Centros Poblados en la mitad del proceso y creo que, políticamente, fue muy complejo para ellos, se les trastocaron todas las prioridades. La respuesta y excusa del ministerio fue muy escueta. Una falta de respeto con todos los que participamos. Eso me parece que habló muy mal del ministerio en ese momento. Además, no recibimos una retroalimentación sobre por qué nuestra propuesta no cumplió con los requisitos, solo recibimos el anuncio general que les enviaron a todos. Ya habían hecho una precalificación y a nosotros nos faltaba un formalismo menor, un certificado de la Cámara de Comercio o algo por el estilo. Pero después de las más de trescientas aplicaciones, resultó que ninguna cumplía los requisitos. Esa fue la disculpa más indignante de todas.
FLIP: ¿Cómo continuó el trabajo en el periódico?
N.R: Con muchas dificultades, pero por fortuna las cosas empezaron a cambiar. Fueron años muy difíciles, sobre todo el primero, el del confinamiento total, perdimos mucha plata, yo creo que no solamente nosotros sino la mayoría de los medios. Pero afortunadamente hemos podido recuperarnos gracias a la confianza de los lectores y de los anunciantes. También hicimos una redefinición del negocio que fue muy compleja, porque hubo que ajustar muchos de los costos y gastos de la empresa y tratar de volvernos sostenibles con lo que había. Sin embargo, que nos estemos recuperando no quiere decir que no sea importante que en el futuro se dé algún tipo de ayuda estatal a los medios. Esa aspiración continúa.

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